domingo, 21 de octubre de 2012

Francesa.

Con mas arrugas que piel, apartó la lagrimilla del madrugón y por fin pudo ver lo que tenía delante: Su calle. La calle donde ella no había crecido, ni se había educado, allí ella no se había enamorado. Ella ya llego enamorada, educada y crecida. Se dedicó a crearles todo a sus hijos, en ese nuevo lugar, donde tenía mas miedo que esperanza sobre el y no hacía mas que luchar por sacarse ella misma una sonrisa, todo por y para ellos.