jueves, 20 de septiembre de 2012

Autobús

Subí el escalón y ahí estaba, encima de un autobús, pagué, me retiré el pelo de la cara y me senté en el primer asiento libre que vi. No sabía ni adonde me llevaba ni porque el tiempo dio un giro inesperado y empezó a llover fuerte. Miraba por el cristal borroso e incómodo, apenas veía la calle, solo sé que al notar que no quedaba nadie en aquel autobús bajé y empecé a andar como una loca. Supongo que hago cosas que nadie entiende, pero tampoco espero que me entiendan, ni yo misma sé lo que hice subiendo a aquel autobús que sin saberlo llevaba tu nombre.


domingo, 2 de septiembre de 2012

Tabaco.

En el salón, en la mesa de café, se encuentra un cenicero, desbordado y lleno de cenizas, lleno de cotillas. Colillas como base, cenizas... Lo perdido. Y es que, querido, me estoy fumando hasta el último de mis sentimientos hacia ti. No puedo vaciar ese cenicero, no hace mas que llenarse de mas y mas cenizas y por último la colilla, muchas veces recomida y en las últimas.


Sentir de cada colilla una decepción y ver que el cenicero se desborda.
Tantas contradicciones, sonrisas y besos confusos, abrazos que una no sabe si son reales o propias de  una futura decepción... Otra.