Mientras tu te fijabas en la carretera, no apartabas la mirada, incluso mientras te enfadabas con los conductores diciendo que eras el único que ponía los intermitentes, yo observaba, aprovechaba y estudiaba cada fracción de tu cara, cada centímetro de tu boca, cada detalle de tu perfil, tu ser, tu, a ti...
En los stops, en los semáforos en rojo, en las paradas... rozabas con tu mano mi pierna, me mordías, me sonreías, me cantabas. Si, creo que en ese pequeño y poco tiempo intentamos aprovechar cada rato que habíamos estado separados y que en un día como cualquier otro, tu presencia apareció al fin. Y ese único momento en el que el caprichoso destino quiso intervenir fuimos únicos, fuimos nosotros, fui feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario