lunes, 13 de junio de 2011

Lunes

Lo siento mamá, lo siento papá, pero al llegar a casa no puedo evitar descalzarme e ir por la casa como si el suelo frío fuera a darme algo de valor. En cierto modo si que es así, es decir, no se valora, ya que vosotros creéis que lo único que consigo es un resfriado cada dos por tres, pero lo que en realidad consigo es sentir cada centímetro de lo que me rodea. Así soy feliz, descalza y con la suela llena de piedrecitas que recaudo a lo largo de mi camino.


No hay comentarios:

Publicar un comentario