Llega un momento en el que me imagino contigo, de forma tierna y cariñosa, con esperanza. Es ahí cuando me acurruco y se quedan mis ojos abiertos como platos, tan abiertos que se quedan secos y muertos. Con la imagen romántica de nosotros dos, sonriendo como bobos y enamorados como nunca. La hidratación llega a mis ojos de forma salvaje y queriendo salvar y saciar esa sequía, tanto, que sale en forma de gota, lágrima y lloro.
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