jueves, 20 de septiembre de 2012

Autobús

Subí el escalón y ahí estaba, encima de un autobús, pagué, me retiré el pelo de la cara y me senté en el primer asiento libre que vi. No sabía ni adonde me llevaba ni porque el tiempo dio un giro inesperado y empezó a llover fuerte. Miraba por el cristal borroso e incómodo, apenas veía la calle, solo sé que al notar que no quedaba nadie en aquel autobús bajé y empecé a andar como una loca. Supongo que hago cosas que nadie entiende, pero tampoco espero que me entiendan, ni yo misma sé lo que hice subiendo a aquel autobús que sin saberlo llevaba tu nombre.


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