Me coges de la cintura, me giro, te miro y mil nervios se adueñan de mi cuerpo. Una estúpida sonrisa se muestra vergonzosa, estúpida… Me acaricias la cara, hueles de una forma que me gustaría guardar en un frasco y que al abrirlo me venga el mismo escalofrio que tengo cuando me miras.
-Salgamos a la calle!
-Ahora? Si está lloviendo…
-Por eso!
-Pero… es de noche, estás seguro?
-Claro, vamos a la calle ahora que está lloviendo y es de noche!
-Cierto, está lloviendo y es de noche…
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